Cuando una empresa quiere iniciar la construcción de una nueva planta, iniciar la explotación de un yacimiento, etc.; necesitan de energía eléctrica para poder iniciar las obras, lo cual en algunos casos está retrasando el desarrollo de algunos grandes proyectos de inversión.
Lo que realmente preocupa a todos es la escasa capacidad de reacción inmediata de las distribuidoras estatales, ante el surgimiento de nuevos proyectos de inversión a desarrollarse en sus zonas de concesión. Además, toda inversión de empresas públicas de derecho privado debe tener la aprobación del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), que incluye las opiniones del Ministerio de Economía y Finanzas y de la Contraloría General de la República, lo cual retrasa la inicialización del proyecto.
Lo que realmente preocupa a todos es la escasa capacidad de reacción inmediata de las distribuidoras estatales, ante el surgimiento de nuevos proyectos de inversión a desarrollarse en sus zonas de concesión. Además, toda inversión de empresas públicas de derecho privado debe tener la aprobación del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), que incluye las opiniones del Ministerio de Economía y Finanzas y de la Contraloría General de la República, lo cual retrasa la inicialización del proyecto.
Actualmente existen 13 empresas regionales de distribución ubicadas a lo largo del país. Las políticas de crecimiento del sistema de distribución de energía consideraron a inicios de los noventa que para Lima se debía convocar al capital privado, por lo que se realizaron los procesos de concesión que originaron a las empresas Edelnor, Luz del Sur y Edecañete.
Las otras diez compañías quedaron en manos del Estado (ver recuadro). Su gestión se evalúa en función a sus resultados económicos y financieros, aunque en sus decisiones también pesa el aspecto social, según lo determinen las políticas gubernamentales de turno.
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